En el sureste de España, lo que se conoce como el «mar de plástico» en Almería se ha convertido en una de las áreas agrícolas más importantes del mundo. Compuesta por una vasta red de invernaderos de plástico blanco, esta región es famosa por su impresionante escala, visible incluso desde el espacio. Además, se ha convertido en un referente global de la agricultura intensiva, conocida por su extraordinaria productividad y la eficiente gestión de recursos.

Un centro agrícola global

El sector agrícola de Almería no solo ha impulsado la economía local, creando miles de empleos directos e indirectos, sino que también ha promovido la investigación y el desarrollo en la agroindustria. Instituciones científicas y centros tecnológicos han colaborado estrechamente con los agricultores para mejorar la eficiencia de los cultivos y reducir el impacto ambiental.

Además, la región se ha establecido como un líder global en agricultura sostenible, utilizando sistemas avanzados de riego y energía renovable dentro de sus invernaderos.

Pedro Duque, el astronauta español, ha confirmado que el «mar de plástico» es la única estructura hecha por el ser humano visible desde la Estación Espacial Internacional (EEI), destacando su alta reflectividad solar. Sin embargo, esta innovación agrícola también enfrenta desafíos ambientales significativos.

Características del «mar de plástico»

  • Extensión masiva: Cubre más de 40,000 hectáreas en una de las regiones más secas de España.
  • Visibilidad desde el espacio: Los techos de polietileno blanco reflejan la luz solar, lo que hace que esta estructura sea visible desde el espacio.
  • Alta producción agrícola: Genera entre 2.5 y 3.5 millones de toneladas de frutas y verduras anualmente, actuando como un motor económico principal para la región.
  • Tecnología avanzada: Los invernaderos utilizan técnicas como el riego por goteo, la hidroponía y el control climático para optimizar la producción y la eficiencia del agua.
  • Impacto ambiental: Los desafíos incluyen la gestión de los residuos plásticos y sus efectos negativos en el entorno circundante.
  • Clima controlado: Los invernaderos proporcionan un microclima ideal para los cultivos, permitiendo una producción durante todo el año.
  • Exportación global: Los productos agrícolas del «mar de plástico» abastecen mercados internacionales, especialmente en Europa.
  • Transformación del paisaje: La región se ha convertido en un referente global para la agricultura intensiva y sostenible, adaptándose a condiciones climáticas extremas.

Producción agrícola e impacto económico

Almería se ha establecido como un líder global en producción hortícola debido a su «mar de plástico,» generando entre 2.5 y 3.5 millones de toneladas de frutas y verduras cada año.

Cultivos como tomates, pimientos, pepinos y melones no solo abastecen el mercado español, sino que también se exportan a gran parte de Europa. Esta intensa actividad agrícola ha impulsado la economía local, creando miles de empleos y consolidando su posición como una potencia económica.

Confirmación de la visibilidad desde el espacio

Pedro Duque, astronauta y exministro de Ciencia e Innovación, ha confirmado en repetidas ocasiones que el «mar de plástico» es la estructura humana más visible desde el espacio. Durante sus misiones a bordo de la Estación Espacial Internacional, destacó que no son las maravillas arquitectónicas tradicionales las que se destacan, sino esta vasta extensión de invernaderos en el sur de España.

La NASA también ha respaldado estas afirmaciones, señalando que los techos de polietileno blanco que cubren los invernaderos reflejan tanta luz solar que son fácilmente visibles desde la órbita terrestre. Este fenómeno ha generado investigaciones sobre el efecto de enfriamiento localizado que crea en la región, en contraste con las áreas circundantes.

¿Quién descubrió la megastructura visible desde el espacio?

NASA, junto con el astronauta Pedro Duque, fue de los primeros en destacar que los invernaderos sobresalen en las imágenes satelitales debido a su notable capacidad para reflejar la luz solar. Estas estructuras, esenciales para aumentar la producción de alimentos, han traído consigo importantes desafíos ambientales, especialmente en lo que respecta a la acumulación de residuos plásticos, que representan una amenaza para los ecosistemas cercanos.

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