El G7 advierte que no reconocerá un cambio de fronteras impuesto «a través de la agresión» y enviará más armas a Ucrania
La guerra en Ucrania suma este sábado 80 días de conflicto con una victoria ucraniana sobre Járkov. El Ejército de Putin se ha retirado de sus posiciones cerca de esta ciudad, la segunda más grande del país, y ha renunciado a asaltarla.
No obstante, siguen intentando avanzar hacia el Donbás desde el norte, aunque por el momento con poco éxito. Mientras, el G7 se ha comprometido a seguir aislando a Rusia y a no reconocer eventuales fronteras impuestas «a través de la agresión».
«En Járkov, el enemigo no ha realizado activas acciones militares. Ha centrado sus esfuerzos en garantizar el repliegue de sus fuerzas de la ciudad, manteniendo (…) las líneas de suministro», informa el Estado Mayor General del Ejército de Ucrania.
Dicha región, limítrofe con Rusia, se ha convertido en los últimos días en el símbolo de la contraofensiva ucraniana, cuyo objetivo es liberar no sólo Járkov, sino toda la zona para evitar el cerco de sus tropas en el norte de Donetsk.
«Estamos entrando en una nueva y larga fase de la guerra», ha dicho el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, en un post de Facebook, vaticinando unas «semanas extremadamente duras» en las que, según él, Ucrania estará en gran medida sola frente a un «agresor enfurecido».
Según el Instituto para el Estudio de la Guerra, el motivo de la retirada rusa es tanto la contraofensiva ucraniana como la limitada capacidad de recibir refuerzos de Moscú. «Ucrania parece haber ganado la Batalla de Járkov.
Las fuerzas ucranianas han impedido que las rusas cerquen, no digamos ya tomen Járkov, y después las expulsaron de los alrededores de la ciudad como ya hicieron cuando los rusos intentaron conquistar Kiev», señala.
El G7 no reconocerá fronteras impuestas
Paran una reunión celebrada este sábado, los ministros de Exteriores del G7, el foro internacional que reúne a las siete potencias más industrializadas del mundo, han advertido en un comunicado conjunto tras su reunión en Alemania que nunca reconocerán un cambio de fronteras impuesto por la fuerza, como lo está intentando Rusia con su agresión a Ucrania.
«No reconoceremos un cambio de fronteras que Rusia ha tratado de imponer a través de la agresión», se lee en el comunicado.
La ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, ha reiterado esta postura en la rueda de prensa posterior y ha dicho que «el cambio de fronteras que Rusia quiere imponer con la guerra no será reconocido nunca». Además, la ministra ha sentenciado que la actitud que adopte ahora la comunidad internacional será decisiva para el futuro.
Asimismo, Baerbock ha manifestado que el G7 establecerá un mecanismo para desenmascarar la propaganda rusa, en especial donde tenga «un suelo fértil». La ministra se ha referido también a los efectos de la guerra sobre los precios del grano y ha alegado que Rusia parece decidida a ampliar la guerra al resto del mundo convirtiéndola en una guerra por los alimentos.
Compromiso para seguir enviando armamento a Ucrania y aislar a Rusia
Los miembros del G7, grupo al que pertenecen Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, se han comprometido a reforzar el aislamiento económico y político de Rusia, a seguir suministrando armas a Ucrania y hacer frente a lo que el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania describió como una «guerra de trigo» emprendida por Moscú.
Además, los ministros han acordado añadir más sanciones a las élites rusas, incluidos los agentes económicos, las instituciones del gobierno central y los militares, que permiten al presidente Valdimir Putin «dirigir su guerra de elección».
«Ha sido un encuentro del G7 como no lo habíamos tenido nunca, en Ucrania sigue muriendo gente inocente», ha dicho Baerbock sobre la reunión.
El responsable de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, también una ayuda militar adicional de 500 millones de euros que debería ser aprobada la próxima semana por los miembros de la UE, y expresó su confianza en que el bloque acordará un embargo sobre el petróleo ruso.
Repliegue hacia la frontera rusa
«La gradual liberación de la región de Járkov demuestra que no abandonaremos a nadie en manos del enemigo», ha asegurado por su parte Volodímir Zelenski, presidente ucraniano, en su tradicional intervención vespertina.
Ahora, las tropas ucranianas deberían centrarse en romper las líneas de suministro ruso entre el bastión enemigo de Izium y la región vecina rusa de Bélgorod. Los numerosos cursos fluviales impiden los avances de uno otro, en especial el río Séverski Donets, donde los rusos informaron este sábado haber volado un pontón por donde las tropas ucranianas intentaban avanzar.
«Los rusos martillearon constantemente Járkov con artillería, ya que estaban muy cerca de la ciudad. Gracias a los esfuerzos de las unidades de defensa territorial y del Ejército, los rusos se han marchado lejos de los márgenes de la ciudad en dirección a la frontera», ha asegurado Ígor Teréjov, alcalde la ciudad.
Rumbo al Donbás
El ministerio de Defensa ruso ha divulgado este sábado unas imágenes en las que miembros de las fuerzas aerotransportadas participan en una ofensiva, pero sin precisar las zonas donde ésta tiene lugar. En la última semana las tropas rusas han logrado «escasos avances» en su intento de atacar la principal plaza ucraniana en Donetsk, Kramatorsk, según el ISW.
Según el Estado Mayor ucraniano, la artillería rusa no ha dejado de golpear las localidades que llevan al nudo de comunicaciones de Sloviansk. Los generales rusos se dirigieron en vano a las organizaciones internacionales para que evacuen ambas localidades, donde los ucranianos habrían creado un distrito fortificado.
Ucrania cifra ya en 27.200 las bajas en las filas rusas tras la eliminación de otros 300 soldados enemigos en las últimas 24 horas, a lo que hay que sumar más de 4.000 tanques y blindados.
Con todo, el asesor del ministro del Interior, Rostislav Smirnov, matizó que Kiev no piensa precipitarse en su contraofensiva y sufrir muchas bajas, como ocurrió con el Ejército rojo, que perdió cientos de miles de soldados en la toma de Berlín durante la Segunda Guerra Mundial.
¿Cuándo acabará la guerra?
Zelenski recibió este sábado a representantes del Congreso estadounidense, a los que pidió a endurecer las sanciones contra Rusia por los crímenes que ha cometido en territorio ucraniano.
A su vez, reconoció que no puede predecir cuánto durará la guerra, pero que su prioridad es: «Liberar rápidamente nuestra tierra y (…) trabajar diariamente para hacer que la guerra sea más corta». Fue más atrevido el jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kirill Budánov, quien pronosticó a medios británicos que el momento clave en la contienda llegará «a mediados de agosto».
Mientras, el posible ingreso de Finlandia en la OTAN sigue generando reacciones. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha advertido este sábado a su homólogo finlandés, Sauli Niinistö, que la renuncia a la neutralidad por parte del país nórdico para ingresar en la OTAN sería una decisión «errónea».