Este volcán ha provocado 85.000 terremotos en apenas tres meses


¿Hay volcanes en la Antártida? Así es, y uno de ellos, el volcán submarino Orca que lleva inactivo mucho tiempo, ha despertado con una secuencia de sismos en enjambre jamás observado en la región.

Un solo volcán ha producido la mayor actividad sísmica registrada en esta región.

El responsable es el monte submarino Orca, en la Antártida, según explica un equipo internacional de científicos en un reciente estudio publicado en la revista Communications Earth and Environment.

La investigación demuestra que tales eventos pueden estudiarse y describirse con gran detalle incluso en áreas tan remotas como la Antártida.

Dirigido por Simone Cesca del Centro Alemán de Investigación de Geociencias (GFZ) de Potsdam, participaron investigadores de Alemania, Italia, Polonia y Estados Unidos.

Con la aplicación combinada de técnicas sismológicas, geodésicas y de teledetección, los expertos pudieron determinar cómo la rápida transferencia de magma desde el manto de la Tierra cerca del límite entre la corteza y el manto hasta casi la superficie condujo al terremoto en enjambre de 85 000 terremotos en apenas tres meses.

Secuencia de récord

El enjambre, que comenzó en agosto de 2020 y disminuyó en noviembre de ese año y los terremotos probablemente fueron causados ​​por un «dedo» de magma caliente que penetraba en la corteza, según esta investigación.

El enjambre ocurrió alrededor del monte submarino Orca, un volcán inactivo que se eleva 900 metros -y un diámetro de base de unos 11 kilómetros- desde el lecho marino en el Estrecho de Bransfield, un paso estrecho entre las Islas Shetland del Sur y el extremo noroeste de la Antártida.


En esta región, la placa tectónica de Phoenix se sumerge debajo de la placa antártica continental, creando una red de zonas de falla, estirando algunas porciones de la corteza y abriendo grietas en otros lugares.

Los terremotos de enjambre ocurren principalmente en regiones volcánicamente activas, de ahí que se sospeche que el movimiento de fluidos en la corteza terrestre es la causa.


“En el pasado, la sismicidad en esta región era moderada. Sin embargo, en agosto de 2020 se inició allí un intenso enjambre sísmico, con más de 85 000 sismos en medio año. Representa la mayor agitación sísmica jamás registrada allí”, informa Simone Cesca, coautora del trabajo.

Al mismo tiempo que el enjambre, se registró un desplazamiento lateral del suelo de más de diez centímetros y un pequeño levantamiento de aproximadamente un centímetro en la vecina isla Rey Jorge.

Desafíos en un área remota

Para reconstruir la cronología y el desarrollo de los disturbios y determinar su causa, el equipo analizó, además, datos de estaciones sísmicas más lejanas y datos de satélites InSAR, que utilizan interferometría de radar para medir los desplazamientos del suelo.

La presencia de una intrusión volumétrica de magma se puede confirmar de forma independiente sobre la base de datos geodésicos.

Los dos terremotos más grandes de la serie fueron un terremoto de magnitud 5,9 en octubre de 2020 y un terremoto de magnitud 6,0 en el mes de noviembre. Si hubo una erupción submarina en el monte submarino, probablemente ocurrió en ese momento, añaden los expertos. Pero, por el momento, no hay evidencia directa de una erupción en este monte submarino.

“Nuestro estudio representa una nueva investigación exitosa de un disturbio sísmico-volcánico en un lugar remoto de la Tierra, donde la aplicación combinada de técnicas de sismología, geodesia y teledetección se utilizan para comprender los procesos sísmicos y el transporte de magma en áreas mal instrumentadas.

Este es uno de los pocos casos en los que podemos usar herramientas geofísicas para observar la intrusión de magma desde el manto superior o el límite entre la corteza y el manto hacia la corteza superficial: una rápida transferencia de magma desde el manto hasta casi la superficie que toma solo unos pocos días”, concluye Cesca.

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