El castillo español abandonado en medio de un bosque encantado


A lo largo de todo el territorio español, la cantidad de castillos con los que uno se puede topar es abrumadora.

Esto es el reflejo de parte de la historia del país, aunque algunos de ellos simplemente se levantaron como lugares de recreo o de residencia de verano. En estos casos, algunos señores escogieron un lugar un poco más alejado de los núcleos urbanos para poder así «desconectar» de sus asuntos.

Normalmente, todos ellos cuentan con numerosos siglos de vida, sin embargo, existe uno más moderno situado en un enclave natural majestuoso. Se trata del pazo conocido como Casa Torre de Aldán, propiedad de los Condes de Canalejas y ubicado en Cangas do Morrazo, Pontevedra.

La Finca do Frendoal

El pazo de Casa Torre de Aldán se levantó en los años 60 y se caracterizó por albergar una enorme finca. Esta era usada por los familiares y amigos de los Condes para la caza y como lugar de descanso.

Sin embargo, la construcción de una carretera dividió la finca, la cual hace unos años fue donada temporalmente al concello de Cangas, quién ha decidido dejarla para el disfrute de los ciudadanos.

Esta parcela se conoce como la Finca de Frendoal, también llamada vulgarmente el Bosque Encantado, dada su espectacular apariencia. Se caracteriza por contar con un impresionante bosque frondoso donde, a día de hoy, la naturaleza es dueña y señora.

El clímax se encuentra en la imponente vista que ofrece el pequeño castillo, el cual parece que ha sido engullido por el bosque.

El Castillo

La fortaleza es la parte arquitectónica más importante del lugar.


Fue levantada en los años 60 junto con el pazo, aunque no se terminó de construir. Es de estilo medieval, a pesar de pertenecer al siglo XX, y solo cuenta con la fachada y alguna dependencia que se encuentra por debajo del desnivel de tierra que hay en su parte trasera.

También alberga un pequeño foso con puente levadizo situado en la parte frontal.


Igualmente, la finca cuenta con un acueducto medieval de origen romano conocido como Arco dos Mouros o Arco da Condesa. Restaurado por el conde, se utilizó en el regadío de los innumerables cultivos y para el consumo propio.

El acueducto original disponía de dos inmensos arcos construidos para salvar el desnivel existente entre la parte alta y baja de la finca, pero uno de ellos fue derribado en los años 80 por la construcción de la carretera.

El Acceso

El acceso a este misterioso y mágico lugar se encuentra en el kilómetro 109 de la carretera PO-315. Cerca de la finca existe un aparcamiento público, por lo que lo ideal es dejar el vehículo allí.

Así, para acceder al Bosque Encantado, se debe seguir el cauce del río Orxas hasta llegar al puente medieval.

Este es la puerta de entrada al bosque, donde el que lo visite se sumergirá en una burbuja ajena a todo lo que la rodea. Sin embargo, la puerta original de la finca se encuentra un poco más adelante, pasando un antiguo lavadero.

Una vez allí, se podrá disfrutar de la atmósfera tan especial que guarda este lugar.

Fuente: 20minutos.es

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